Lejos
Vetamadre

no me deja respirar.
Y no respiro, yo vi, respiramos los dos.
Y el aire se contamina de no.
Tengo los ojos secos, de tanto mirar,
y el cráneo hueco de tanto analizar.
Pero me siento bien,
(ya no me importa más)
Me siento bien,
(ya no me importa)
Lejos,
muy lejos de acá.
A donde nadie me conozca,
ni sepa mi nombre.
No hay cielo,
ni infierno a donde ir.
Es sólo un verso perverso
que nos inventaron.
(repite la misma sequencia)
Dame un minuto,
antes de saltar.
Tu paranoia,
no me deja respirar.
Podrás buscarte en Dios, o en la religión.
Podrás buscarte en el fondo de un bar.
Podrás creerte el sueño de la paz interior.
Podrás creerte inmortal.
Yo así me siento bien,
(ya no me importa más)
Me siento bien,
(ya no me importa)
Lejos,
muy lejos de acá.
A donde nadie me conozca,
ni sepa mi nombre.
No hay cielo,
ni infierno a donde ir.
Es sólo un verso perverso
que nos inventaron.
Lejos,
muy lejos de acá.
A donde nadie me conozca,
ni sepa mi nombre.
No hay cielo,
ni infierno a donde ir.
Es sólo un verso perverso
que nos inventaron.
Lejos,
muy lejos de acá.
A donde nadie me conozca,
ni sepa mi nombre.
No hay cielo,
ni infierno a donde ir.
Es sólo un verso perverso
que nos inventaron.