Alicia en el país de los espejos
Mikel Izal

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Alicia,
juega a ser la mas bonita,
de las chicas de su barrio,
no le importa demasiado
que le llamen presumida,
son solo cosas de niñas,
estará en la edad del pavo
Ya crecerá, ya se irá la niñez
y por desgracia un invierno se fue,
y no solo volaron los juegos,
su padre voló con ellos,
y Alicia ya nunca levantó el vuelo...
Pasó corriendo
el conejo blanco del cuento
por delante de su puerta
y decidio seguirlo a ciegas,
conocer su madriguera,
encerrarse para siempre
sin fijarse en los carteles,
jugándose la cabeza...
Y no comió y no bebió,
dejaba el tiempo pasar y pasó
con las locuras del relojero,
sin regalos, sin té, sin sombreros,
tratando de escapar al país de los sueños,
tratando de escapar al país de los sueños...
ESTRIBILLO
Alicia en el país de los espejos
se alimenta del reflejo
que envenena los cristales
en los cuales fusila su imagen.
Y acumula cicatrices
que no acaban de curarse,
y le importa tres cojones
que quiera su cabeza la reina de corazones
Todos los días
eran su no-cumpleaños
y el espejo devolvía
reflejos envenenados.
Un gato negro, astuto y ladrón
le pidió una sonrisa y le engañó,
la subió a lo alto de un sauce llorón
y llovían lágrimas, llovían lagrimas...
Y seguía sin probar
los manjares de aquel lugar
por temor a que la obsidiana
descuartizase su alma
esperando cada noche verse dormida una mañana
esperando cada noche verse dormida una mañana.
ESTRIBILLO
Alicia en el país de los espejos
se alimenta del reflejo
que envenena los cristales
en los cuales fusila su imagen.
Y acumula cicatrices
que no acaban de curarse,
y le importa tres cojones
que quiera su cabeza la reina de corazones