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El Cuervo
Leo Masliah

Letras, Acordes y Tabs para Guitarra, Bajo y Ukulele

  • C                                             E Am
    Una medianoche calma mientras daba vueltas mi alma
    F                      G Am  F                   C
    por las páginas de un libro buscando un poco de paz
    C                 E Am E7                  Am
    y ya casi entredormido percibí un débil sonido
    F                 G                         Dm
    como si con suavidad sin querer golpear de más
    Dm                     G                          C
    para no hacer ningún ruido alguien preguntara ¿estás?
    G               F      C
    sin querer golpear de más.
    
    
    C                                      E Am
    En el frío que acuciaba una brasa agonizaba
    F                    G Am  F                   C
    perdiéndose en la negrura de aquella leña incapaz
    C                 E Am E7                  Am
    tanto como mi lectura de hacer algo menos dura
    
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Letra de El Cuervo
Una medianoche calma mientras daba vueltas mi alma
por las páginas de un libro buscando un poco de paz
y ya casi entredormido percibí un débil sonido
como si con suavidad sin querer golpear de más
para no hacer ningún ruido alguien preguntara ¿estás?
sin querer golpear de más.
En el frío que acuciaba una brasa agonizaba
perdiéndose en la negrura de aquella leña incapaz
tanto como mi lectura de hacer algo menos dura
la vida sin Maria Paz que si descansaba en paz
no me dejaba sosiego el no poder verla luego
ni después ni nunca más.
Pero la inquietud incierta por el ruido de la puerta
me asustaba lo que fuera que estuviera allí detrás
era alguien o no era el crujir de la madera
me crispaba el corazón pero busque en la razón
una explicación cualquiera solo es el viento quizás
no debe haber nada más.
Pero el ruido persistía aunque yo solo lo oía
porque en eso me quedaba sin pensar en nada más
entonces fui a abrir la puerta pero cuando estuvo abierta
no me dijo mucho más que cuando un minuto atrás
no me dejaba ver nada porque la noche cerrada
era sombra y nada más.
Imposibles pensamientos en un estremecimiento
tuve ahora no los cuento aunque fuera más locuaz
en la fiebre del momento porque dije María Paz
y en el silencio voraz de la noche no hubo más
que un eco que repitiera como si lo digiriera
ese nombre una vez más.
Tranquilo y desencantado daba ya por terminado
el asunto cuando empieza aquel ruido una vez más
enturbiando la tristeza en la quietud de mi pieza
la impaciencia me hace audaz sin esperar nada más
abro entera la ventana y levanto la persiana
sin saber lo que hay detrás.
Y un extracto de negrura de la inmensa noche oscura
recortado en la figura de un gran pájaro rapaz
se metió como perico por su casa alzando el pico
en ademánde altivez y se encaramá a los pies
de la cama calladito y en esa actitud sin más
se mantuvo ahí nomás.
Como frente a un mal chiste si yo me veía triste
se habrá cambiado mi cara por una mueca mordaz
ante aparición tan rara y sin buscar que contestara
dije por decir nomás Hola ¿cómo te llamás?
y me quede de una pieza cuando el cuervo con fiereza
me contesto nunca más.
No quede tan sorprendido por la falta de sentido
que le di a esa respuesta porque no esperaba más
de figura tan grotesca pero su expresión vivaz
me impresiono mucho más aunque me dije quizás
el cuervo aprendió el sonido de algún amo arrepentido
que lo repitió de más.
Mirando a mi visitante que hacia menos de un instante
no estaba plantando ante mi vista su oscura faz
me dije probablemente al igual que tanta gente
tiempo menos tiempo más algún día te me iras
y el cuervo confiadamente después de un pequeño impás
fuerte dijo nunca más.
Yo pensé que extraño tino tiene este cuervo adivino
para emitir su graznido en el momento en que más
quiero yo ser asistido si el perder un ser querido
puede acaso ser jamás algo que te acerque más
a otro espíritu dolido o su eco reducido
a la frase nunca más.
A la luz tan disipada del candil que poco y nada
alumbraba la velada lo que se veía más
era un ojo abrillantado de ese cuervo empecinado
en clavar su vista en mí me miraba y yo lo vi
pero me quede sentado en el sillón que Maria Paz
no usaría nunca más.
Y como si yo en voz alta hubiera acusado la falta
que Maria Paz me hacia noche y día por demás
y de mi hubiera salido el pensamiento dolido
enunciado más atrás de que no estaría más
Maria Paz allí sentada el cuervo con su tonada
dijo otra vez nunca más.
Apartando de la mente ese asunto inconducente
cuando pude ser conciente de que un milagro quizás
desde un mágico incensario prendido por emisarios
de algún poder celestial un aroma angelical
me apartaba del calvario de pensar en Maria Paz
alguien dijo nunca más.
Era ese nefasto cuervo y le pregunte si el verbo
que traía su oral acervo venia de Satanás
o si habría un armisticio que suspendiera el suplicio
de no poder hacer más que hablar de la que jamás
volvería y precavido de que yo lo hubiera oído
dijo el cuervo nunca más.
Vil engendro endemoniado exclame desesperado
ya que estas tan informado a ver si me desasnas
de si el dios cuyo gobierno desde el cielo hasta el infierno
sabe abarcar quiso acaso retenerla en su parnaso
y al morir podré quizás abrazarla una vez más
y él me dijo nunca más.
Es momento de que calles y te vuelvas a las calles
o de donde hayas venido pajarraco lenguaraz
le dije muy decidido al librarme del sonido
de su maligna sentencia con imperativa urgencia
ya me harte de tu presencia ahora mismo te me vas
y él me dijo nunca más.
Y con la misma porfía ahí se encuentra todavía
de su mirada de harpía yo ya no me libro más
y su sombra que el candil proyecta en mi cuchitril
es la manta que mi mano trata de correr en vano
o el pantano duro y yerto del que en sueños o despierto
ya no saldré nunca más.
Mi primer aporte, espero que disfruten esta joya del gran Leo Masliah.
Abrazo grande para todos, Santiago.




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