Marina
Sebastian Monk

Oiga usted señora vecina
vengo en secreto a correr la voz,
yo trabajo en la otra esquina
al ladito de Ágata 32.
Ha ocurrido en mi cocina
¡qué cosa rara! ¿quién va a pensar?
desde que nos nació Marina
trajo a la casa consigo el mar.
Aparecieron las cacerolas
con bebecitos de caracola,
en el guisado de berenjenas
hay dos ballenas y un tiburón,
de entre los duraznos en lata
flota un pirata con su galeón.
Ay, aycito ¿qué puedo hacer?
salen cangrejitos de mi pastel
cuando esta chiquita quiere jugar
hamacada en brazos de un calamar.
Ay querida dígame usted
¿qué hace un salvavidas en el puré?
y ese pez espada en la habitación
dándole a la niña su biberón.
Y las olas vienen
y las olas van,
caen por la escalera
y ya se detienen
bajo el diván.
Y nuestra Marina
desde su andador,
suelta una bandada
de carcajadas
que rompe vuelo
en el comedor.
Oiga usted señora vecina
no he terminado sepa también,
cada vez que ríe Marina
tengo hipocampos en mi sartén.
Esa madre hizo el descalabro
le dio ese nombre pensando ¿en quién?
le hubiera puesto María Milagros
y esta casa sería un edén.
En el jaulón de los canaritos
comen alpiste dos pingüinitos,
salgo al jardín a tender pañales
y ahora hay corales bajo el rosal,
¡socorro! me vuelvo loca
otra vez la foca entró al corral.
Jesusito en tu adoración
tráeme un botecito y ten compasión
que si en la azotea hay viento de más
llega la marea al patio de atrás.
Virgencita baja a ayudar
ahora esta chiquita empezó a gritar
tanto lloriqueo para que al fin
salga de paseo sobre un delfín.