Nunca nadie tanto todo
Salta la Banca

E|-x-| E|-x-| E|-x-| E|-x-|
B|-x-| B|-x-| B|-x-| B|-x-|
G|-8-| G|-9-| G|-8-| G|-9-|
D|-9-| D|-9-| D|-9-| D|-9-|
A|-7-| A|-x-| A|-x-| A|-6-|
E|-x-| E|-9-| E|-9-| E|-x-|
E|-2-| E|-0-| E|-0-|
B|-3-| B|-0-| B|-3-|
G|-2-| G|-2-| G|-0-|
D|-4-| D|-2-| D|-2-|
A|-x-| A|-0-| A|-3-|
E|-x-| E|-x-| E|-x-|
Vos, que aguardás por su desacierto
triste vigilia, por cierto.
¿Sabés osar con tomar el cielo?
¿Ser capitán sin fusil, ni tropas?
¿Podés volar con las alas rotas?
Piernas y agujas, sed de proezas:
Una inyección de certezas.
Una ilusión, contra la tibieza,
también soporta la disidencia.
Su rebelión sanará dolencias.
Siempre una izquierda me salvará.
Es un refugio contra todo mal.
No cabe el circo, ni el ego.
Sólo importa el juego.
Sólo importa el juego.
Nunca nadie tanto todo.
Nunca nadie tanto todo.
Nunca nadie tanto todo como vos.
Si, como a mí, te crió un potrero
para menguar el flagelo
de la carencia, el desasosiego,
sabés que el fútbol es el consuelo
que iguala todo detrás de un cuero.
Y ahí va Lionel con su partenaire.
Todos quisimos ser como él:
hacer visible y tangible hasta lo imposible.
No quiero que se termine.
Nunca nadie tanto todo.
Nunca nadie tanto todo.
Nunca nadie tanto todo como vos.
Nunca nadie tanto todo.
Nunca nadie tanto todo.
Nunca nadie tanto todo como vos.
Cuando la vida vuelve a arremeter,
riega de enganches un atardecer.
Y por un instante deja de doler.
La verborragia de su pasión
va a mitigar la comparación:
si hay mil demonios, no hay un solo dios.
Y ahí va Lionel. Y yo voy con él.
Abrigando el sueño que lo vio crecer
Señalando al cielo, agradeciéndole.
Nunca nadie tanto todo.
Nunca nadie tanto todo.
Nunca nadie tanto todo como vos.
Nunca.
Nadie.
Tanto.
Todo.