Pan y Circo
Juan José Lavaniegos

El payaso pinta su cara y después
Calza de zapatos muy grandes sus piesceses,
Pone una pelota frente a su nariz,
Sobre su calvicie descansa el bombín,
Trae de la memoria una historia babosa,
Tanto cuanto baste para hacer reír.
Todo está bien puesto desde el redondel,
Cada movimiento ensayado y previsto,
Hasta los aplausos se pueden prever
Porque está repleto este circo de niños,
El bufón lo sabe y conoce su oficio,
Vive exagerando para hacer reír...
A una bola de mocosos que han pagado
Emocionados sus impuestos,
Para ver esta función,
Y se agarran de las faldas de su madre
Y le preguntan a su padre si es de a devis o sino
Los porrazos, los excesos, las maromas
Y las pompas del artista que se exhibe sin pudor,
Los chiquillos se las huelen pero al cabo
Se entretienen con la magia de este circo tricolor.
Algunos voluntarios podrán acudir
Hasta el escenario para descubrir
Lo que la pintura puede aparentar,
Lo que el colorido le estaba tapando,
La cruda humanidad de sudor y de mal aliento,
Dos ojos que no mienten cuál es su intención.
Y sucedió lo que suele ocurrir,
Que los niños crecen y no quieren ir
A ver un payaso cansado y senil
Con el mismo cuento y la misma nariz
Bastante más crecida de tanta mentira,
Que más bien inspira a llorar que a reír.
Desde entonces me he fijado que el payaso
Tiene un puesto al otro lado de la carpa y la función,
Amasijo de un negocio con letreros luminosos,
Sangüichitos, café de olla y lo mejor,
Mucho pan para los jóvenes hambrientos
Que consumen sin saber que el panadero es el bufón.
Lo que no gana en el circo se lo deja de amasijo
Y es por eso que el payaso ríe y ríe sin descanso,
Y es la magia de este circo
Y es la magia de este circo
Y es la magia de este circo tricolor.
tricolor.