G Em D Un cura que dice misa en la iglesia del Pastor G C G ( F# ) Em D G se enamoró de una niña, desde que la bautizó. Mientras vivieron sus padres, no la pudo lograr, no. Cuando murieron sus padres, la niña sola quedó. Un día del mes de mayo, peinándose estaba al sol; pasó por allí el mal cura, pasó por allí el traidor. - Vente conmigo, Pepita; Pepita del corazón. La ha agarrado de la mano y a su casa la llevó. Un día de Jueves Santo, con la niña se acostó la puso la mano al pecho, y el cuerpo muerto quedó. - Vecinos, los mis vecinos, si tenéis buen corazón, sacadme de aquí esta niña, donde no la vea Dios. A la mañana siguiente, a decir misa marchó y al tiempo de alzar el cáliz, del cielo bajó una voz. - Detente, traidor, detente; detente padre traidor, que no puedes decir misa, ni consagrar al Señor. A la mañana siguiente, para Roma se marchó a que le confiese el Papa y le eche la absolución. - Que te arrasten cuatro potros desde Roma hasta Aragón. - Esa es poca penitencia; más grande la quiero yo. - Que te suban a una torre y te pongan por reloj. - Esa es poca penitencia; más grande la quiero yo. - Que te metan en un horno hasta que te hagas carbón. - Como era una niña santa, esa me merezco yo.