Las flores de mi asesino
Sabroso

Tres, éramos tres, en llamas los amantes invitados
hoy tú estás con él, supongo que a mi me toca pasado
mientras tanto mi amor no te olvides que muero por dentro
esta guerra abra ríos de sangre y mares de tormento.
Tres, éramos tres y dos por conquistar una montaña
hoy no va a llover y dudo que se apague la metralla
de los besos librados por ti en el campo de batalla
no te olvides mi amor que esta guerra no traerá medallas.
Y ahora no puedo evitar sucumbir al dolor
bajo un fuego cruzado dando por confirmado
que por besar tu boca no guardamos la ropa tus amantes invitados.
Y ahora no puedo evitar sucumbir al dolor
quizá tenga mi sino contigo en el camino
y tú mires a un lado cuándo hayas aceptado las flores de mi asesino.
Tres, éramos tres y dos en guerra contigo en el medio
hoy te besaré y pasarás la noche en mi hemisferio
sabrás que mañana yo me sentiré más pequeño
eres un torbellino que baila sin alma ni dueño.
Ahora no puedo evitar sucumbir al dolor
bajo un fuego cruzado dando por confirmado
que por besar tu boca no guardamos la ropa tus amantes invitados.
Y ahora no puedo evitar sucumbir al dolor
quizá tenga mi sino contigo en el camino
y tú mires a un lado cuándo hayas aceptado las flores de mi asesino.
Ahora no puedo evitar sucumbir al dolor
bajo un fuego cruzado dando por confirmado
que por besar tu boca no guardamos la ropa tus amantes invitados.
Y ahora no puedo evitar sucumbir al dolor
quizá tenga mi sino contigo en el camino
y tú mires a un lado cuándo hayas aceptado las flores de mi asesino.
Tres, éramos tres.