Diálogo
Chivi

Tambaleándome en las aceras empapadito en alcohol
Con la camisa toda por fuera, les cuento lo que pasó.
Llegué a mi casa apagué el pitillo y me dispuse a dormir.
Cuando de pronto en mi calzoncillo algo me habló tal que así:
Perdóname coleguita pero estoy harto
de esta vida tan carente de sobresaltos.
Notando que me apolillo y que me acartono,
en este estado patético de abandono.
Y estoy hasta los de abajo del cachondeo
que tiene los otros penes siempre que meo.
Y es que se me ve en la cara que poco empujo,
que se me nota en la boca, falta de flujo.
Lancé las sábanas contra el suelo, me pellizqué sin cesar.
Tranquilidad que esto es sólo un sueño no puede ser realidad.
Pero allí estaba con su ojo rojo, en pie, con aire marcial,
venas hinchadas, lleno de enojo como si fuera a expoltar.
Con lo que me gusta a mi con un chubasquero
colarme de polizón en los agujeros.
Ponerme tan tieso y duro como una roca
cuando entro como invitado en alguna boca.
Y estoy hasta los cojones del cachondeo,
si al menos cobrase pasta por desempleo.
Que tanta inactividad no puede ser buena para
la fabricación de la leche en crema.
Hace ya unos cuantos meses de este suceso tan singular.
Los médicos no le encuentran explicación.
Y desde la noche aquella no me ha dejado de hablar,
a punto estoy de arrancármelo de un tirón.
Pero, de pronto, qué gran videncia, qué pensamiento genial;
currar con él dando conferencias en cada universidad.
Canta canciones, lanza discursos de economía mundial.
Con lo que gana se apunta a un curso de vicio del sexo anal.
Con una legión de coños admiradores
es el molde de unos nuevos consoladores.
Su clase al vestir, su voz aterciopelada,
polla del año en el "times" saliendo en portada.
Le han cancedido dos premios ondas, le han dado un goya
en el apartado nuevo de mejor polla.
Tiene su propio programa, líder de audiencia, anuncia
medicamentos pa´la impotencia.
Tambaleándome en las aceras empapadito en alcohol.