Hasta siempre compañero
Amaia Montero

Se despidió
un frío día de febrero y yo
partida en dos
no supe reaccionar ante el dolor
de ver partir
a un trozo de mi misma sin sentir
que se murió también mi corazón.
No renunciaré a mis sueños,
me enseñaste tú el secreto,
en tus ojos solo puedo tener paz.
Háblame aunque ya estés lejos,
aún me duele este silencio,
fuiste todo, sin tu luz no hay nada más.
Nos dijimos hasta luego,
hasta siempre compañero,
nos veremos en el juicio del final,
y hasta entonces seguiré pensando en ti,
en todo lo que fuimos y olvidamos escribir.
Y aunque me parezca un sueño,
en mi corazón eterno
guardo todas las promesas que cumplí,
y a la hora de olvidarte procuré
dejar intacto el paso de los años
que nunca podré tener.
Dentro de mí
he construido un pequeño mar
que cada vez
que sale el sol vamos a navegar
y yo, que nunca he entendido
este mundo sin sentido y
me muero si no estás
no renunciaré a mis sueños,
me enseñaste tú el secreto,
en tus ojos solo puedo tener paz.
Háblame aunque ya estés lejos,
aún me duele este silencio,
fuiste todo, sin tu luz no hay nada más.
Nos dijimos hasta luego,
hasta siempre compañero,
nos veremos en el juicio del final,
y hasta entonces seguiré pensando en ti
en todo lo que fuimos y olvidamos escribir.
Y aunque me parezca un sueño,
en mi corazón eterno
guardo todas las promesas que cumplí,
y a la hora de olvidarte procuré
dejar intacto el paso de los años y entender
que aunque me parezca un sueño,
en mi corazón eterno
guardo todas las promesas que cumplí,
y a la hora de olvidarte procuré
dejar intacto el paso de los años
que nunca podré tener.