Am Desde muy pequeño me dijeron que tú eras el dueño F Del oro y de la plata y que se cumplían los sueños C De los que te conocían y profesaban tu nombre G Que eras todo aquello que necesitaba el hombre Am También me dijeron que cuando alguien enfermaba F Nada como la oración en tu poder todo sanaba C Y aunque estabas invisible nada era imposible G Que bastaba tener fe y todo se hacía posible Am Y luego te conocí y comprobé que eras real F Lo que habían dicho estaba bien no estaba mal