Domingo
Chau Pekin

Sueño madrugado y el buen día me
despierta, con la bocina sonando,
taladrando desde afuera, la avenida
viene en contramano y desemboca
acá en mi puerta, mierda!
Quedo recostado y en la cama
despabilo, cara de fantasma y la voz
como grabada en vinilo, y unas
ganas locas de mear que ya no me
resisto, cristo!
Suelto algún bostezo de camino a
la heladera, pero nunca desayuno
cuando un almuerzo me espera...
cada tanto un par de tragos de
agua para apagarme la hoguera,
quema, quema!
Recién levantado, que no quiero
escuchar a nadie, subiendo persianas,
abriendo ventanas para que entre
un poco de aire, que un respiro en
tanto humo, no le hace mal a nadie...
Y un dolor de huesos que me tiene
a duras penas, y un zumbido que
me suena desde el radio-grabador
y una ducha fresca para lavarme
todo el sudor..